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El ferrocarril valenciano ha sido siempre la asignatura pendiente para los diferentes gobiernos autonómicos y estatales en España. Desde hace décadas, la cesión de los Cercanías a la Comunitat Valenciana ha estado encima de la mesa, pero la enorme complejidad técnica (y económica) de este núcleo impide que el traspaso pueda materializarse algún día.
LA COMPLEJA SITUACIÓN DEL TREN QUE NO LLEGA
La línea C-3 de Cercanías finaliza su trayecto en Utiel, como ya lo hizo hace 136 años cuando conectó la Comarca con el Mediterráneo. En su momento, ese trazado era la primera muestra tangible de lo que el ferrocarril podría suponer para Valencia si finalmente llegaba a conectarse con Madrid. Y al igual que cualquier otra esperanza, la realidad es siempre más impredecible y compleja de lo que cabría esperar.
No solo el ferrocarril tardó cerca de 60 años en lograr su propósito, sino que su legado permanece latente en esas vías, y en este caso no es algo de lo que sentirse especialmente orgulloso. El mal estado de las traviesas, la falta de inversión y su sistema de automotores diésel de los años 80 lo convierten en una alternativa pública muy poco atractiva para los usuarios.
Aunque Filomena supuso el cierre definitivo de la línea de Media Distancia entre Utiel-Cuenca-Madrid, los problemas con el trazado venían ya desde mucho antes.
"Me atrevería a decir que el 95% de los ciudadanos que usan el tren lo hacen hacia Valencia, y no hacia Cuenca. Y es por ello que los trenes hacia Valencia desde Utiel continúan".
Fernando Arenas, Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Utiel, 2022
FILOMENA FUE EL ÚLTIMO CLAVO EN SU ATAÚD
Ya en 2010, el ministro de Fomento del PSOE, José Blanco, tanteó la posibilidad de cerrar la línea de tren convencional entre Madrid-Cuenca-Valencia por no considerarla rentable. La alta velocidad había llegado a la Plana de Utiel-Requena, por lo que seguir apostando por una línea desfasada y con una frecuencia de viajeros inferior a la media nacional carecía de sentido. Contra todo pronóstico, las diferentes movilizaciones consiguieron paralizar la medida y tan solo unas semanas después, el propio ministro confirmó que la línea seguiría activa y en funcionamiento.
Unos años más tarde, y un cambio de Gobierno por delante, el Ministerio de Fomento estudió en 2012 la posibilidad de sustituir las líneas de Media Distancia como la de Madrid-Cuenca-Valencia por un servicio de autobuses, remarcando una vez más que la línea carecía de rentabilidad económica para su puesta en marcha a diario. Se redujeron los horarios y se limitó la velocidad de los trenes a 60km/h en todo el tramo de Cuenca a Utiel, pero aun así, las diferentes protestas consiguieron, una vez más, mantener abierta la histórica línea de ferrocarril.
En 2015, once alcaldes valencianos afectados por las problemáticas de la línea C-3 se unieron en Xirivella para firmar un tratado donde exigían al Gobierno Central, entre otras condiciones, la ampliación de la línea hasta Camporrobles y la electrificación completa del trazado. A este escrito lo denominaron "La Declaración de Xirivella". Hasta el día de hoy, la mayoría de sus demandas siguen sin recibir respuesta.
CEDER LA GESTIÓN TAMPOCO ES LA SOLUCIÓN
En cuanto al tema de la transferencia de las competencias de Cercanías a la Generalitat Valenciana, hay todo tipo de opiniones al respecto. La experiencia previa con este tipo de concesiones no ha funcionado como se esperaba, y la mejor prueba de ello es Cataluña. En 2010 se traspasó el control de les Rodalies al Govern, pero su papel a día de hoy se limita simplemente a la gestión de los horarios y las tarifas del ferrocarril, ya que los trenes y el trazado siguen perteneciendo al entramado de Renfe y Adif.
Además, la red de Cercanías de Valencia también comparte líneas con el núcleo de Cercanías de Murcia-Alicante y por ella también discurren líneas de Media Distancia, por lo que la cesión se vuelve todavía más complicada si cabe.
Una solución, como reclaman algunos expertos, es que el Gobierno Central destine las inversiones que se acordaron en los diferentes Planes de Mejora de Cercanías de la Comunitat Valenciana, pero por ahora tan solo se han ejecutado 300 millones de los 3.400 millones que se prometieron hasta 2020.
En 2021, el partido político Compromís lanzó el microsite de ¿Dónde está mi tren?, una campaña interactiva para animar a los ciudadanos a denunciar la situación que atraviesa la red de ferrocarriles de la Comunitat, y que afecta especialmente a los municipios de Camporrobles y Las Cuevas de Utiel, ya que se encuentran sin servicio ferroviario desde 2021 debido al temporal Filomena.
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